Ser mamá es un gran reto, no existe una escuela o un manual que te enseñe, tienes que ir aprendiendo día a día, con experiencias de familiares y amigas, o con tus propias experiencias. Ser mamá minera implica desafíos adicionales como estar lejos de casa y adaptar a tu familia a este mundo de la minería para que sean tu soporte. Además, tienes que dejar todo organizado y empoderar en casa para que sean autosuficientes, no es fácil, pero asumir retos es parte de la vida y en familia como un equipo se puede salir adelante.

La cultura de Gold Fields es uno de los pilares más importantes en mi rol como madre minera, los llevó conmigo y los aplicó también en casa. El respeto, el trabajo colaborativo y la seguridad se viven día a día en mi hogar y son bases que fortalecen nuestra convivencia como familia.

El fuerte empoderamiento que promueve Gold Fields en las mujeres, es un aspecto que valoro mucho. Es importante porque no solo nos permite desarrollar nuestro potencial profesional, también nos brinda la seguridad y el apoyo necesarios para conciliar nuestra vida laboral y nuestro rol como madres. Estas iniciativas demuestran cómo una cultura sólida como la nuestra permite que el trabajo en minería sea más seguro, sostenible y eficiente.

Me casé y fui mamá muy joven. A mi hija desde muy pequeña le transmití los valores que me inculcaron en casa. Le enseñé que hay que hacer las cosas con pasión y amor, disfrutándolas. Habrá momentos buenos y no tan buenos, pero siempre debemos enfrentarlos con optimismo y viéndolos como una oportunidad para aprender y crecer.

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